viernes, 7 de febrero de 2014

Mixomatosis

Si al menos supiera lo que escondo dentro, si entendiera la batalla que hay en mi interior, ni siquiera todo sería más fácil. Si consiguiera vomitar todo esto que arrastro, soltar el lastre, dejarlo escapar, escupir conejos llenos de tumores malolientes y putrefactos. Si consiguiera volver a la pureza, a la página en blanco, ni siquiera conseguiría redimir mis pecados

La maleta cada vez pesa más y está destrozando mi frágil columna que me ata a esta vida en declive. Los recuerdos agolpados en la cabeza fluyen como puntos de luz: pelotas de ping-pong en un cuarto oscuro. Juro que no hice mal, todo lo mal que puede hacer el respirar y la incosnciencia. Soy hija de la frustración, hermana del desasosiego, a la diestra del ansia.

Me flagelé para morir. Poco a poco. Perdí la batalla. La cicatriz en el costado me recordará que aún hay por lo que luchar. Y si me mantengo erguida es por la curiosidad en el futuro. Todo lo que quiero es ir muriendo para ir naciendo. El parto será doloroso, lo sé. Habrá llantos, sangre y vísceras. Perderé la consciencia. Me perderé. Y sé que me encontraré. 

La mixomatosis es una enfermedad infecciosa de origen vírico que afecta a los conejos. Se caracteriza por tumefacciones en la piel y en las membranas mucosas, particularmente en cabeza y genitales. Después suele evolucionar a conjuntivitis aguda y a veces ceguera. El conejo se vuelve apático, pierde el apetito y desarrolla fiebre. En los casos típicos en que el animal no posee resistencia, la muerte acontece de media en 13 días. 


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